domingo, 27 de septiembre de 2009

Fabiana Cantilo: “Hierba mala nunca muere”



Acaba de lanzar un nuevo disco de grandes éxitos de nuestra música: “En la vereda del sol”. Los miedos y las búsquedas de la “única mujer del rock nacional”.

domingo, 27 de septiembre de 2009


En Buenos Aires hacía frío. Por lo menos eso fue lo primero que dijo -detrás del teléfono- Fabiana Cantilo. Es que la artista argentina que ya forma parte indivisible de la historia del rock nacional presenta un nuevo disco: “En la vereda del sol”. Una suerte de segunda parte de “Inconsciente colectivo”, en el que Fabiana despliega sus increíbles dotes de intérprete en 15 reconocidos temas del repertorio rockero argentino.

“Tengo muchas expectativas para saber si a la gente le gusta. Este disco estaba pedido desde hace mucho tiempo, lo que pasa es que después de ‘Inconsciente...’ quise sacar ‘Las hijas del rigor’ con temas propios”, contó Cantilo.

-¿Por qué elegiste el nombre “En la vereda del sol” para este disco si la canción no aparece en el track list?

-Es lindo. Se le ocurrió a Afo (Verde). Creo que es buen augurio y, además, es un tema de Charly. En el disco anterior (“Inconsciente colectivo”) el tema tampoco estaba en la placa; y, ahora en este CD sí está...

-O sea que se vendrá un tercero donde aparezca “En la vereda...”

-Claro y así sucesivamente. Pero por ahora vivimos el hoy.

-Está bueno vivir el presente, ¿no?

-Así es.

-¿Cómo fue que seleccionaste los temas?

-Fue entre la compañía, los músicos y el último “ok” lo daba yo. Teníamos que buscar artistas que no estuvieron en el disco pasado (como Virus, Attaque 77, Celeste Carballo, Los Pericos, entre otros). Y, por supuesto, pusimos los clásicos que para mí no pueden faltar: Charly y Fito.

-¿Te genera placer laburar como intérprete?

-Me fascina cantar canciones lindas de otros autores.

-¿Y temas propios?

-También. Igual este año no estaba componiendo mucho, por eso era el momento justo para sacar este disco.

-Sos una de las pocas mujeres que tiene el rock nacional...

-Es que dicen que hierba mala nunca muere (risas). Yo sigo en este camino, no sé por qué, pero gracias a Dios es así. Es verdad que hay muy pocas mujeres argentinas en el rock.

-¿Y por qué creés que es así?

-Es lo que nunca supe. Estoy segura que no es por machismo porque los hombres en Argentina tratan muy bien a las mujeres.

-De hecho a vos siempre te tratan muy bien...

-Sí, siempre.

-¿Sos de las que les gusta descubrir en escenarios a sangre nueva?

-Está bueno que haya sangre nueva, pero siempre hay clásicos que quedan para siempre. Son los que voy grabando. Me gusta disfrutar de los contemporáneos, pero no dejo de escuchar los clásicos. Hay música que es inmortal.

-Hace mucho que hacés meditación...

-Sí, y también psicoanálisis. Es una buena manera de conectarte con vos mismo y subir un poco más de planos hacia el amor incondicional. Sentirte mejor siempre está bueno.

-¿Qué hacés cuando sentís que empezás a tocar fondo?

-Será mi signo de Escorpio que me hace renacer de todos lados, pero también creo que es un don de Dios. Siempre digo que soy como el Ave Fénix que renace de sus propias cenizas.

-¿Cómo hacés entre tantos escenarios y guitarras distorsionadas para encontrar el amor?

-No sé. Es muy difícil eso. Lo voy encontrando, lo voy perdiendo, lo sigo buscando...

-¿Y hoy cómo estás?

-Tranquila.

-¿Sos romántica?

-Muy romántica. Es más, me gusta que me mimen con sorpresas.

-¿Y celosa?

-También muy. Sé que es inseguridad, pero ¡qué le vamos a hacer!

-¿Qué cosas te matan de bronca?

-La mentira. Si alguien miente me saca, no puedo tolerar.

-¿Y de miedo?

-El miedo también. Aunque además le temo a la oscuridad total: nunca duermo con todas las luces apagadas; y al encierro. Disfruto mucho de la sensación de amplitud.

-¿Te gusta comer?

-Mucho. A veces tengo que hacer régimen. Lo dulce me mata...

-¿Cocinar?

-Sí me gusta, pero últimamente no cocino.

-¿Qué es lo que más disfrutás de los shows?

-Antes de que comience, como sé que se viene mucha energía y no puedo bajar la guardia, me agarra una mezcla de modorra y nervios. Pero cuando subo al escenario esa energía se convierte en magia y lo disfruto mucho.

Por Alejandro Ortega (aortega@losandes.com.ar)

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