domingo, 29 de noviembre de 2009

La hija del rigor, en un concierto a puro sol

Fabiana Cantilo presentó en el Teatro El Círculo su último disco “En la vereda del sol”. Además hizo un recorrido por el anterior “Inconsciente colectivo” en donde también reunió parte de lo mejor del cancionero del rock local. Vibrante y eterna joven, desplegó un encanto que desborda su propia voz.

















Era casi de esperarse. Fabiana Cantilo abrió el recital en el Teatro El Círculo con el tema de Juan Carlos Baglieto, “La vida es una moneda”. Así arrancó la presentación de su último disco “En la vereda del sol” que reúne en un formato acústico letras de Charly García, Almendra, Spinetta Jade, Fito Paez, Andrés Calamaro, Soda Stereo, Los Abuelos de la Nada, Los Pericos, León Gieco, Celeste Carballo, Serú Girán, Attaque 77, Intoxicados y Virus.




Acompañada por cuatro músicos, la voz del “rock femenino”, se brindó como otras veces a un público que no paró de ovacionarla, a los gritos. Como si por esa vereda no pasaran los años, Cantilo se sirvió de un cuerpo de adolescente, de movimientos sensuales y espasmódicos para recorrer al trote el escenario varias veces, fundada en un vestido negro que luego, cambiaría por una cortísima pollera de cuero, sin bajarse de sus botas rojas, casi de duende.




“Brillante sobre el mic” y “Cartas sin marcar” fueron las canciones del nuevo disco que cantó a continuación. Entre una y otra, saludó a su sobrina Magdalena por su cumpleaños. Además de la niña, también estaba la abuela de “Fabi”, a quien no sólo nombró sino que además, le dedicó una canción.


Tras “Dulce condena” del anterior disco “inconsciente colectivo”, se dio el gusto de hacer los propios “Júpiter” y “Una tregua” para luego retomar con “Tema de Pototo” y “Eiti Leda”. En el medio, como es su costumbre no paró de hablar con el público, tuvo tiempo para entonar el “Feliz cumpleaños Magdalena” e incluso para tomarse “un tecito”.




Después de cantar una zamba para su abuela, pasó a “Pupilas lejanas” para retomar “La vereda del sol” con “Cinema Verite”. El clima empezó a cambiar cuando, tras pedir un aplauso y un grito, sacó de su guitarra “Fue amor”. Después, anunció un tema que “dice quien soy” y coreó “La hija del rigor”, canción durante la cual le alcanzaron un ramo de flores que, sin duda, la colmó de emoción.




El show continuó con “Amanece en la ruta” y se elevó con “Ya fue”, “Spaghetti del rock”, “Costumbres argentinas”, “Me arde” y “Maribel”. El climax llegó con “Mi enfermedad”, sin dudas, el tema más popular de la cantante al que le pegó “Inconsciente colectivo” como cierre.





pedido de los fans, Cantilo y su banda regresaron a las tablas. A sólo dos guitarras, entonó “Nada es para siempre”, tema que cantó a medias con el público. Ya en un ambiente más íntimo y tranquilo, sonó “La libertad”.




Pero faltaba el final que sería a todo o nada. El preámbulo fueron unos paso de baile y enseguida la música definió lo que venía. Cuando los más fanáticos sintieron “Cleopatra” ya no importaron las butacas tapizadas y muchos se pararon para bailar. Pasada la medianoche, eligió irse como Mary Popppins, levantando vuelo y dejando en la tierra largos y sentidos aplausos.









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