viernes, 16 de mayo de 2008

LA USINA CANTILO


Desfachatada, suelta, despistada, olvidadiza, histriónica, mujer fatal y niña caprichosa: todo en el mismo envase. Fabi Cantilo, la chica (¿quién podría decir que está por entrar en los 50?) que nació con una estrella, fue el jueves a la noche en la Vieja Usina más “ella” que nunca, al presentar sus propias canciones, las de Hija del rigor, sin renegar de las letras de todos, esas que tan bien versionó en Inconsciente colectivo. Pocos minutos después de las 21.30, la cantautora impactó en el escenario con un atuendo de gala: un vestido de terciopelo negro ceñido a la cintura que, además de agregar una cuota de fantasía al show, estuvo a tono con su estilo, siempre insolente, que superpone telas y que deja, a pesar de la falda acampanada, las piernas bien al descubierto. Una tregua fue la canción que inauguró el repertorio, a lo largo del cual la cantante estuvo apoyada por una banda que incluyó piano, violoncello, violín, batería y cuerdas. Sin escenografía y con una puesta de luces simple, Cantilo, llenó el espacio correteando por el escenario de una punta a la otra, desplomándose dramáticamente al suelo para saltar como un resorte, girando sobre sí misma con los brazos en cruz, y agachándose para cerrar cada interpretación. La dinámica del recital fue alternando canciones propias con las de sus amigos que, por hits y por viejas, fueron coreadas por toda la Usina. Tal fue el caso de Me arde, Alicia en el país, Amanece en la ruta, Spaghetti del Rock y Fue amor (el tema que le dedicó Fito Páez). En el cancionero Cantilo, momentos especiales fueron para Zamba para Toto, Vientos del Oeste –una dedicada a su abuela, la otra escrita por su madre–, y Mago en prosa. 1300 personas, la mayoría mujeres de 30, disfrutaron del show durante casi dos horas, y despidieron a la cantante de pie, al ritmo de Cleopatra, Mary Poppins y el deshollinador, Ya fue y Nada es para siempre. La atención no decayó gracias a una artista que, aunque despistada (“Esperen que no se qué sigue”), se descose en el escenario, saca brillo de su costado extrovertido y luce su voz, esta vez también para contar sus propias historias. Luego de una actuación muy criticada en el Teatro Coliseo de Buenos Aires, Fabi tuvo en Córdoba su revancha. Es que, como buena hija del rigor, “sólo aprende a los golpes”.

1 comentario:

medusaguy dijo...

BUENAS

AME ENCONTRAR ESTE BLOG!!

anoche fui a verla a la usina a fabi una genia!

te dejo mi link para q sepas q por ahi posteo algo de fabis

la sigo desde hace mucho
y me encanta!

te dejo un articulo colaboracion!

http://img262.imageshack.us/img262/16/fabisscanmn1.jpg


y mi blog

www.divapagana.blogspot.com

XP

mario